También fue un profesor muy bueno y ejerció una gran influencia sobre los economistas de aquella época. Su mayor contribución a la Economía fue sistematizar las teorías económicas clásicas y el desarrollo del concepto de utilidad marginal.
Es considerado uno de los antecesores de la economía de bienestar.
Tiene dos obras que destacan, las cuales son: "Principios de Economía" e "Industria y comercio".
Estudió en el Reino Unido. Su interés por la filosofía le llevó a tomar lecciones de ética. Tras obtener una beca especial para estudiar ciencias en 1868, se matriculó en Economía política, ciencia a la que posteriormente él mismo denominó Economía.
Su labor como profesor se basaba en las teorías de Ricardo y Stuart Mill complementadas con las aportaciones margina listas, especialmente las de León Walras, Jules Dupuit y Stanley Jevons, conciliando las teorías ricardianas con las del marginalismo, formando así las bases de la escuela neoclásica.
Un critica a este economista, y a "la tijera de Marshall":
Marshall llenó la economía de gráficas matemáticas.
Los economistas de la escuela Austriaca siempre han sostenido que es un error la representación de los conceptos de oferta y demanda por medio de curvas.
Jesús Huerta de Soto en su libro Nuevos Estudios de Economía Política, afirma que para los austriacos, en economía, a diferencia de lo que sucede en el mundo de la física y de las ciencias naturales, no existen relaciones funcionales (ni funciones de oferta, ni de demanda, ni de costes, ni de ningún otro tipo).
No obstante sí es posible formarse una idea de las relaciones de oferta y demanda cuando comprador y vendedor ya han concretado el acuerdo de intercambio, es decir, cuando el precio del bien ya ha sido establecido, antes no.
Jesús Huerta de Soto en su libro Nuevos Estudios de Economía Política, afirma que para los austriacos, en economía, a diferencia de lo que sucede en el mundo de la física y de las ciencias naturales, no existen relaciones funcionales (ni funciones de oferta, ni de demanda, ni de costes, ni de ningún otro tipo).
No obstante sí es posible formarse una idea de las relaciones de oferta y demanda cuando comprador y vendedor ya han concretado el acuerdo de intercambio, es decir, cuando el precio del bien ya ha sido establecido, antes no.
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